Desastre sin paliativos.
110 diputados, resultado dramático. Paga la crisis, su mala gestión y una pésima y tradicional falta de comunicación de lo realizado.
Nadie, tampoco Chacón, puede aparecer con una derrota dulce.
El partido necesita un Congreso en el que se presenten varias candidaturas y no debería descartar incluso que su nuevo líder esté fuera del parlamento.
Debe analizar, y ahora tendrá el tiempo que camino quiere seguir en estos tiempos duros para la socialdemocracia.
La derrota en Andalucía debe llevarlos a una profunda renovación, pase lo que pase en las autonómicas.