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Encuestando


El factor principal para la realización de una encuesta no es el diseño de una muestra fantásticamente representativa ni la elaboración de un cuestionario perfecto, tampoco un tratamiento de datos metódico, todo eso es importante pero no lo esencial, la nuez del asunto está en los encuestadores, los trabajadores de campo son el principio y el final del éxito de un estudio, sin su buen hacer es imposible lograr unos resultados reales.

Los investigadores sociales en la actualidad relajan la configuración de sus equipos humanos en favor de una muestra larga y vistosa, solo efectiva para clientes que creen que de esa manera los resultados serán fiables. La premisa es falsa, la muestra solo es buena si los datos recogidos son correctos y solo pueden serlo si los entrevistadores afinan es su labor.

Es habitual que encuestadores agobiados por un trabajo de campo excesivo y poco pensado acaben rellenando cuestionarios en una cafetería, fijándose en las caras que pasan por la calle imaginando que responderían a su entrevista, esto en el mejor de los casos, en el peor perfilan una quiniela alocada sin reparos, casi sin dar coherencia a su propia imaginación.

Por tanto todo cuenta en un estudio social pero la clave sobre la que pivota el éxito es el buen hacer de los trabajadores de campo. Prefiero equipos cortos, coordinados y leales a grandes escuadras que aprovechan el descontrol para falsear los datos.