En
este diario quiero reflejar el enorme esfuerzo de un equipo de investigación
que trabajó muy duro para descifrar una realidad que hasta ese momento nadie
conocía. La eficacia respondía a uno de los principales objetivos de nuestro
trabajo. Con un proceso judicial abierto con la Operación Poniente y constantes
noticias salpicando la actualidad mediática, era de gran importancia la
concentración de la recogida de datos (siempre lo es) para que todos los
entrevistados manejaran la misma información y, por tanto, el estudio no
pudiera ser falseado.
Parte
del equipo había estado trabajando en El Ejido núcleo desde el primer día,
mientras el resto se desplegaba por las diferentes zonas de este disperso municipio.
En
Almerimar, donde el PP recibía apoyos constantes, la preocupación principal
apuntaba ala proyección del turismo: “la gente que viene no sale de su casa,
hace poco gasto, necesitamos un turismo que se mezcle con nosotros, que deje
dinero”. En este mismo sentido, otro vecino comentaba la necesidad de
implementar medidas y proponer actividades para “dar vida a Almerimar”.
Los
que declaraban que volverían a votar a Enciso apelaban a lo emotivo, “lo
conozco desde que era pequeño, ha hecho mucho por el pueblo, todo es una trama
para quitarlo de la circulación”.
Otro
entrevistado defendía al alcalde apelando a su humanidad “vino al entierro de
mi padre, lo votaré siempre”.
El
ambiente en el centro de El Ejido era muy agradable, el ajetreo normal de
fechas prenavideñas, compras, preparativos para cenas de empresa y la feria del
libro en el bulevar, este era, precisamente, nuestro punto de encuentro en la
ciudad en las últimas sesiones de trabajo.
Los
datos seguían llegando y perfilaban unos resultados que en algunas cuestiones
quedaban muy claras: el PP no solo iba a ganar las elecciones sino que a 6
meses de la cita con las urnas coqueteaba con la mayoría absoluta, el PSOE - perjudicado
por el desgaste del Gobierno nacional y por la muy nombrada floja actitud de
Guadalupe Fernández-, tendría suerte si mantenía la misma representación, el
PAL se hundiría de manera rotunda e IU volvería al consistorio con una opción
real de obtener dos concejales.
Pero
un profesional no puede ni debe quedarse con la mera respuesta, debe descifrar lo
que esconden las preguntas. De ahí que los cuestionarios sean cuidadosamente
diseñados y adaptados a conseguir extraer el máximo de información sobre lo que
la gente opina.
Mientras
se acometían las entrevistas finales, otro dato irrumpía con fuerza, el 40% de las personas que habían votado al
PAL nunca apoyaría al PSOE o a IU, un 18% de esos mismos votantes declaraba
abiertamente que su voto, en esta ocasión, se iría al PP. Todo empezaba a
encajar.
Acabado
todo llegaba la hora de tratar los datos, la codificación había sido paralela
al trabajo de campo con la idea de obtener conclusiones en el menor tiempo
posible. Los fríos resultados confirmaban nuestras sensaciones durante todos
esos días, PP se asentaba en los 13 concejales, PSOE llegaba a los 6, PAL se
quedaba en 4 e IU podría llegar a 2. Un 70% de los entrevistados creía que
Enciso tenía que haber dimitido y, ante la pregunta sobre la gestión de cada
partido en procesos como los de Elsur o la Operación Poniente, un aspecto importante: las respuestas no
arrojaban luz, es decir, poca gente atribuía diferencias a los partidos en la
gestión de estos conflictos, pese a que los servicios públicos destacaban en El
Ejido núcleo como preocupación fundamental.
Una
semilla también comenzaba a crecer, el candidato Paco Fernández – en aquel
momento aún no asociado por la mayoría a ningún partido- se presentaba con un
margen de mejora importante.
Finalizado
el trabajo y redactado el informe, dos aspectos nos despertaron inquietud: el
25% de indecisos y la lejanía con el 22 de mayo, fecha electoral. Por ello,
tras la última reunión adoptábamos la decisión –casi sin hablarlo- de regresar
el mes de abril para realizar un nuevo estudio, esta vez ampliando la muestra y
acortando distancias con el 22-M. A partir de ese momento, con unos resultados que
no dejaban lugar a dudas en lo que al ganador de las elecciones se refiere, la
realidad política ejidense ponía a prueba constantemente nuestra capacidad de
asombro.
Una
encuesta es una herramienta de trabajo y, en este caso, para los políticos un
instrumento eficaz para conocer cómo y dónde se encuentra. Es la mejor opción
que existe en política para tomar el camino correcto. Pero ante nuestro
asombro, en El Ejido -quizá por no tener nuestro estudio o no saber interpretarlo-
ninguna fuerza política actuó como debía. Unos, los protagonistas de las
últimas páginas negras de la historia de El Ejido, creyéndose ganadores en la reelección, otros
pensando en lograr una victoria que solo podía ocurrir en sus sueños y los
terceros, con el partido más que ganado, actuando como si tuviesen que
remontar.
Lo
que poca gente conoce es que, por aquellos meses, el Partido Popular no obtenía
la mayoría absoluta, sino estaba muy cerca de perderla.
No
queda más remedio que continuar…